La noticia de que una leona del mini-zoológico en Guantánamo parió dos cachorros sigue en boca por estos rumbos. Solo hay que ver la cantidad de gente que por allí se asoma para presenciar tal acontecimiento. Mientras, los trabajadores del parque que esperan ansiosos por el café de Pepe, el veterinario, cercan el lugar para que nadie pase.
Y así los cuidados extremos con esta nueva camada. Hasta los de la prensa hacemos guardia para llevarnos la mejor imagen de los leoncitos. Esta vez, a mi lado, otro colega de los medios.
Parecía no temer acercarse a la jaula, lo que para mí era como meterse en la barriga del lobo. Allí estaba el reportero de la AIN, tomando sus fotos y sin importarle siquiera la furia de la leona parida.
Viendo aquello, trague en seco y me aproximé sigilosamente para tomar las fotos, de lo contrario mi jefa de informativo me enviaría nuevamente por tercera vez y tantas sean necesarias hasta lograr encuadrar a la madre y sus dos cachorros.
En medio de todo aquello, me llamó la atención el brazo izquierdo de mi colega. Comentaban los de allí que fue por causa de una pequeña mordida de la leona, claro que era jarana. Pues gracias a él, quien estaba ahora enfocado en el león, y los consejos oportunos de Pepe, sobrepasé el miedo y a pocos pasos de ella, bien pegado a la cerca, realicé mis fotos.
Lo bueno es que siempre aprendemos algo nuevo, esta vez, a cómo movernos entre depredadores, pero en cautiverio. Por el momento, habrá que esperar al menos un mes a que crezcan los leoncitos y entonces volver a la carga.
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http://www.venceremos.cu/pags/varias/portada/leona_da_a_luz_3024288.htm